domingo, 10 de julio de 2011

Ganas de nada

Yo quiero una historia, una historia mía o de otro para vivirla o para escribirla, pero quiero una historia. Una vez leí de un personaje de Carmen Posadas que decia que las historias o se viven o se roban. Entonces, quiero robarme una historia. Porque aquí en el mundo de carnes y huesos todos los sentimietos son vulgares y las historias corrientes, y cuando no, te vas a las lagrimas con una tragedia. Aqui en el tercermundo se escribe con realidades no con magia, se te antoja la critica social mas que las pasiones de boulevares vacios. Yo vivo donde la gente se va, a vivir mejor' y yo se que me iria, se que me iria a buscarme un cuento porque aquí se te llenan los sueños de tierra y te crecen víveres en ella si te descuidas, ademas no hay cabida para tonterías en mi mundo, bastantes penas hay con una sola tonta, que lo tiene todo tan al revés que primero sueña y luego se duerme. Un saludo a todos, desde aquí, donde los sueños despiertos no existen. Insisto, porque me toco vivir en rincones muy toscos y como se que no me voy, pues digo esto y me quedo, entonces ya la culpa no es mia. Y salimos todos ganando. Ayer no tenia ganas de nada. Hoy tampoco.

lunes, 26 de julio de 2010

El callejon de Regina.... y un farol torcido.

Se escucha el suave tintineo de sus llaves al abrir el llavin, se escucha tambien un suspiro de alivio y el aliento de la luna. Cierra la puerta tras de si y se deja caer en el sofá con soltura y parsimonia, sus ojos se fijan en el techo, de un blanco cremoso y se desliza hacia la cornisa; de un yeso impecable, para terminar pozandoce en una fotografía que colgaba de la pared, una fotografía vieja y menos preciada, de una niña desnuda, que con colas doradas saca florecillas debajo de sus pies... Desde pequeña recordaba quedarse prendada frente aquella imagen en casa de su abuela. No recordaba que pensaba y menos aun que interpretación le merecía pero podia sentir aquel cosquilleo; esa sensación que le dejaban sus pies descalzos en el pecho.

Llovia.

No fuera, del otro lado de la puerta el una luz plateada bañaba la ciudad, le llovia dentro. Era ella, quien tumbada en su sofa y aun fuera de su guarida, ella una domadora de palabras, una mujer de carácter implacable y sonrisa fácil; quien anda desmenuzando el mundo a su paso, controlarlo todo. Excepto una cosa, la lluvia. No de fuera, repito, de adentro. Ese diluvio que le mojaba el sosiego, que la inundaba de felicidad o de tristeza, que se desbordaba por sus ojos y sus dedos. La sensibilidad que caragaba como una pesada cruz y como canasta de flores, característica de la hija menor, pensaba; la habia agobiado siempre, agobiado, perseguido y hecho víctima, cada minuto de su vida. Pero quien entiende los misterios del mundo se decia, tal vez aquella lluvia aparecia para aplacara peores fuegos y disuadir temibles tormentas.

Un bostezo interrumpió su catarsis y la hizo dejar el sofa para dirigirse perezosamente a la cocina. Batió un chocolate en agua caliente y se sumergió en el libro de turno. Hasta que una hora mas tarde se sintió tan acalambrada y aturdida por las letras y el humo dulce de su tazon que decidió ir por un paseo. Hizo sonar la correa de Pomelo hasta ver que la pequeña bola de pelo negro corría euforica hacia ella.

Un paseo.

Por fuera y por dentro. No era de las personas (y con personas me refiero a el resto de la población mundial adulta) que podía orientarse en el espacio, en ningún espacio. Tras años de frustración descubrió que mas que -o además de- torpeza se debía a que caminaba por fuera y por dentro. Y después de todo la contemplación resultaba todo menos geográfica. Ya no se perdía, despues de tres años viviendo en el callejón de Regina sus pies. Salian y llegaban solos a casa.

Las luces accidentadas, las ruinas, las cicatrices hechas por las raíces en el suelo frío, las hojas caídas, la soledad mejor ornamentada eran de las muchas razones que podía enumerar para justificar su pasión por aquellos caminos. Ese lugar nació para ella y sin lugar a dudas aguardo hasta su llegada. Se sentía agradecida de vivir allí en esa zona colonial, en ese rincón, tan parecido a su alma, tras esa puerta de madera y al lado de aquel resplandor dorado que brotaba de su farolito. Esa era su serenidad, su casa.

Se detiene.

Su pasos se detienen, mientras su corazón corre a mil por hora hacia aquel balcón, un extensión pequeña y aislada, abandonada desde nadie sabe cuando, bordada por unos viejos hierros negros que resguardaban una puerta de madera cansada y piso para uno. O específicamente para una, siempre se imaginaba historias increíbles, encabezadas por mujeres increíbles que una vez vieron el mundo a través de aquel balcón que no admitía amantes, ni toleraba pretendientes, solo deseos de libertad de hacer grandes nudos con sabanas y cortinas asi bajar y contemplarlo desde fuera. Poder presenciar, como las ramas de un árbol de petalos rosa y raíces enredadizas caían a su lado, como rindiendose ante su majestuosidad y completando su indiscutible encanto.

Continuo andando.

Por dentro. Y llego a aquel punto donde no llueve y puede ver claramente por unos momentos, antes de seguir. Ver que ella a excepción de muchas mujeres que conocía -en honor a la verdad todas ellas- no quería protagonizar una bella historia. No, para nada, en absoluto. Ella en lugar de ser presa de un cuento, prefería crear una. Hacer nudos con tinta y papel y escapar de su propio balcón, para detenerse -aun por dentro- y contemplarlo todo.

Un ladrido de Pomelo la despierta.

Y comienza a andar también por fuera. Porque muchos habran nacido para asfaltar, sanar e invertir. Mientras otros vinieron al mundo sacarse flores de los pies, y habitar bellos balcones, ella, sin duda alguna estaba allí como el testigo responsa
ble de contarlo todo.

Porque un mundo de luces y sombras es para perderse.

Comienza a llover tambien afuera y ella se da vueltas y prueba el rocio, para engañar a sus pies y perderse y mas tarde encontrarse -por dentro y por fuera- al lado de un farol torcido en el callejon de Regina. Con el tintineo de sus llaves y otra historia que contar.

martes, 16 de marzo de 2010

Prometeme: tormentos, arte y malos ratos


“Edith Sedgwick: ¿Que tengo que hacer para estar en una de tus películas?
-Andy: Ser tu misma
-Edith: Muy bien, cual de ellas?”


Mis dedos digitan los precios del petróleo, cifras de 6 a 8 números que repito al cambiar de ventana y suelto en el papel; alguien susurra la palabra “favor” a mi lado y yo levanto el auricular y complazco todo sin distraer la mirada. Respondo un correo y se que huelo a stress y problemas mientras ese lado mío, al que siempre le toca esperar, construye, a solas y en silencio el atisbo de una metáfora. Que se esfuma ante el chirrido de una puerta vieja que se abre y se abre…

“Hay cosas que mueren ante una explicación y otras que simplemente, no la necesitan. Esta, esta es ambas”- Le digo envuelta en una suplica por satisfacción.

Pero nadie entiende, muere el sol a la misma hora día a día y nadie entiende porque el trozo de una canción anda suelta en mi cabeza y de como yo solo quiero mas, sin conocer nunca con exactitud la naturaleza de mis deseos; sin lugar para preguntas; ni para nada mas que la interpretación fácil y la sorpresa correcta.

Nada de ausencias y mucho menos excesos, aqui solo aceptamos... Cantidades justas.

Esa promesa y yo juro no dejar nunca de no ser la misma.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Para comerse con los Dedos, mientras dure.

Dicen que llega un tiempo en el que inevitablemente logro cansarme de algo, de todo, de cualquier cosa; mientras otra gota de agua se desliza por el cristal. Rememorando- a sabiendas de que la nostalgia es para mi, el sentimiento mas odioso- hay una pasión de la que nunca hablo, mi más vieja y preciada pasión. La úniica sensacion de mi niñez que recuerdo vividamente –además de mi complejo de Blancanieves con los animales, motivado por Disney y destruido por “Vida Salvaje” de Animal Planet-. Las carreteras, bueno no la construcción de asfalto en sí, me refiero al camino, a la soledad y la benevolencia de los maizales, las casas de madera, las siluetas que nunca logro divisar. Esa magia con la que voy de un escenario a otro sin quedarme en ninguno; el deleite de poder pasar por allí; en ese preciso instante, cuando el viento soplaba justo de ese lado y los rieles del tren cortaban la carretera en ese preciso ángulo, cuando podía perder la mirada en ese exacto pedazo de cielo. Y no necesitaba ni lápiz ni papel para imaginar nada en absoluto porque todo se encontraba allí; como un cuento inviolable, inédito y majestuoso. Ella- quien me conoce como nadie-dice que no tengo la mas minima idea de lo que quiero, pero si de lo que No. Mientras otro mechón de pelo pasa de las tijeras al suelo. Hablando de recuerdos y visitas. Hace poco tuve una tarde con una de las más distinguidas sopranos de mi país, donde bajo un pomposo sombrero de paja se dedico a mostrarme cada árbol en flor de su jardín, a detallarme sus origenes y finalmente y con especial orgullo, a entregarme el Ylang Ylang, ingrediente clave de los perfumes de Oscar de la Renta, mientras yo intentaba no perderme entre decenas de nombres de plantas que ya no alcanzo a recordar –A excepción de “La puta” y “La dama” que se hallaban curiosamente plantadas la una frente a la otra.- Entonces, ante esta mujer talentosa y apasionada me comence a preguntar ¿Que hay de aquellos que son lanzados al mundo sin mayor gracia ni ventura que un chance con la suerte? Digo, ¿Que hay de nosotros? Los que no llevamos grandes dotes, ni marcados talentos. Quienes no fuimos niños prodigios, ni suficientemente realistas o soñadores, quienes no tenemos una historia enternecedora que nos respalde, la voz de un ángel o el pincel de un Picasso… ¿Por que no pudimos todos traer con nosotros un talento? Eso hubiese facilitado un poco mas las cosas. Tengo la firme conviccion de que todos vinimos a este mundo a cumplir una tarea muy especiica, pero a algunos se nos acaba la vida intentando decifrar cual se supone que sea... Sigue siendo injusto que algunos sí y otros no. Digo yo. Mientras el Ylang Ylang se marchita en mis manos. ¿A donde voy a llegar dando tantos tumbos? Puede que a ningún lado, y que ese sea mi rumbo y la explicación a mi amor por los caminos. ¿Con quien o donde echare raíces? Si me canso así como nada y como nadie. Puede que en tantos lugares que ni yo misma al final de mis tiempos pueda nombrarlos, sino es que ya he llegado a llenar paginas sobre ellos. Una de las grandes razones que me respalda, dice que no me canso del lugar o la persona, sino de intentar hacer que funcione, porque así como puede que no haya nacido con el aroma del Ylang Ylang ni el talento de una soprano; tampoco nací con la inmolable resignacion, que acostumbrarse a ser infeliz, requiere. Mientras otro adiós se escapa de mi boca. Y finalmente, sonrio.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Vanos recuerdos y aun mas pueriles sucesos


El haber amado es otro verbo conjugado... Inutil en todos sus tiempos.

Sacado de un Baul bastante humedo y demasiado vacio:


Mi melodía son tus manos.



No se como no pensar en ti. Nunca he sabido bien como no pensar. Y estas palabras tontas que se cuelan en mis dedos no hacen más que reclamarme que no sepa que hacer porque en tus risas he cosido mis pesares, porque en secreto mi aliento ha suplicado sanar tus cicatrices y no hago más que tomar tus manos, apoyar en tus talones mis pies y dejarme abrazar de tu perfume el mismo que dejo en mi ropa, y visto cuando no estas, en esos momentos, que se han convertido en todas mis noches, cuando tu figura se pinta a mis espaldas y no me deja ir… Y no se que hacer ahora sabes? Si en mis páginas tintas veo tus dedos y ese ardor del que huyo se ha hecho inquilino permanente de mi pecho y es quien ahora con ironía besa tu cuello.

Tus silencios y mi molestosa reincidencia en las palabras; mis reclamos, tus suplicas a mi quietud, tus parpados y mi mirada. Tus boberías y mis bobos intentos de que no te olvides… que no estas solo, mi necio empeño y tú... dejándome ganar. Mis peleas con tu calma. Y mi manía de besar tus ansias. Innumerables aprietos y nuestro altruismo.

Que en un grito intente acallar esas palabras que intuí algún día saldrían de tu boca, y la mía que juro no ensayarlas más. Que el dolor me duele mas cuando es tuyo y que te toco como poca ventura cargar mis ausencias.

Tú sosiego que nos apunta un destino.
Y mi voluntad que no resiste, no poder.

Mi reino por un beso.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ironicamente Absurdo


La cuchara se desliza pecaminosamente por los bordes de un pastel de crema con un chocolate tan oscuro como las promesas de aquel domingo por la tarde.

El libro se abria ante un capítulo nuevo y a pie de página caían migajas negras y su necesidad de adentrarse en aquella historia; para huir de sus propios pensamientos. Porque ser una lectora fiel y empedernida era solo eso en verdad, llorar y rabiar por algo que no era suyo que no podía debilitarla y que le otorgaba un escondite ante el mundo y lo propio.

Otra cucharada, otra página... Por momentos olvida donde se encuentra, esa habilidad para desconectarse con la que había nacido le había costado bastante. Alguien irrumpe en la estancia y la hace despertar. Mira a su alrededor y examina aquella pastelería. Un biscocho de dimensiones colozales y colores indigeribles se posa a su lado. Camuflage. Hasta la simpleza de un postre se había convertido en una farsa conocida.

Que demonios estaba pasando con el mundo?! Porque se iba quedado cada vez mas sola? Inclina su rostro nueva vez y se sumerge en una narrativa mucho mas cálida y real que los celajes vanos y distraidos que pasaban a su lado. Había aprendido mucho de mentiras y verdades a medias durante aquellos meses. Había sido cómplice, víctima y villana de una historia que arraso con todo a su paso. Y que la dejo mas sola que cuando nisiquiera se hallaba en busca de compañía alguna.

Agua. Para aclarar el paladar y enjuagar los pensamientos. Para apaciguar el ardor que había alquilado su pecho, tomo un trago largo tras otro, mientas Chet Baker llenaba sus oídos de un Jazz suave y apacible. Mientras el postre luchaba en vano por calmar el amargo de su boca y las letras despojaban los recuerdos de una memoria resbaladiza pero infalible. Mientras no entendia, porque el Pastel engañaba a los invitados; porque él la habia engañado a ella.

Como el Art Deco habia transformado un arbol de navidad en alambres blancos y frios, de esa misma forma lo vivido iba convirtiendo su alma en tendederos helados y puntiagudos. Se cerraria cada dia mas en tomos y tomos de historias nunca antes contadas, derramaria tinta por amores pasados, por heridas aun abiertas, teñiria de negro y azul miles de paginas, en tercera persona por supuesto, para excluirse de su verdad, para divorciarse de su historia: aquel cuento mal narrado. Derramaria tinta pero nunca làgrimas.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Yo tambien acepto



Generalmente no dejo en estos rincones huella intima alguna, llevo la palabra fácil y las confesiones dificiles.

He aprendido hallar mi catarsis en la literatura, una buena narrativa y el hilo de una composición o el trasfondo de una historia , es lo único para mi realmente conmovedor y cierto. Pero toda regla tiene su excepción y he hallado lo que podría, en este caso, ser la mía.

Me mantengo escéptica en torno a todo el tema del amor y por ende incapaz de componer algo valeroso en torno a el. Así que les debo esa.

Pero con todo el sentimentalismo que podría retener les confienzo que mi hermano ha sido siempre mi amado incordio, porque a el no solo lo quiero con toda mi alma, sino que también deseo matarlo de la forma mas cruel y vil antes registrada. Pero hay que admitir que es el autor de toda mi tolerancia y por quien hoy solo estoy psiquiátricamente considerada como neurótica y no también como asesina en serie.

En cuanto a Roci, te amo pero honestamente la razón por la que siempre te desee este mal es porque tu eres la única mujer en la estratosfera capaz de aguantar a mi hermano voluntariamente-si manito lo siento pero mami ha estado social y biológicamente obligada durante 28 largas primaveras – de verdad que eres especial cuñis, no solo por los sacos de tomate y pan con mantequilla que sabes almorzarte sino también por la forma tan eficaz con que nos maltratas.

Manuel III tu tía siempre estará aqui para cuando terminen la saga de Hanibal con tu mami y Proteccion al Menor se de cuenta que tu papi no solo se comporta como un niño sino que de verdad tiene mas retraso que todo el staff de las Olimpiadas especiales juntos. De corazón te pido que hagas un esfuerzo y tires bien bien para atrás a heredar lo mas lejano que puedas de la familia.

Los amo y les deseo lo mejor-yo bien cerca siempre-

Su hermana, cuñada, tía y comensal fija,
P.