martes, 31 de marzo de 2009
Ni torres ni Dragones
Las bendas en sus ojos la habian apartado de la luz y la certidumbre, mientras que las cuerdas en sus muñecas más que atarla intentaban con descaro cortar el tinto de sus venas. Sus captores, seres viles y cobardes creyeron haber habandonado en el hierro frío y el fondo pedrusco de aquellos rieles, a una simple e indefensa carnada, que atraeira al amo y señor de aquella lejana tierra. Quien sabía llegaría antes que el ruidoso monstruo humeante movido por fuego y carbón y les derrotaria para acabar con su papel en la historia. Irrumpiria, tan hermoso y caballero como fuese posible, y desataria de un tajo el nudo que aprisionaba a su amada princesa.
Por esa simple razón contaba con pocos minutos a su favor. Debía estar de pie… Demoler, destrozar aquellas ataduras y esperarle erguida observando el ferrocarril llevarse las cuerdas de las que ella con maestría se había librado; y satirizar la escena con una sonrisa elegante y apacible, con su mano derecha plegada sobre si y la izquierda acariciando con picardía el zafiro que colgaba de su pecho; mientras lo veía llegar convertiría toda aquella agitación suya, el sudor varonil y los ojos desorbitados por su posible muerte en su mayor trofeo, se burlaría con una sonrisa ahogada, le abrazaría y susurraría a su oído “Porque tanta prisa”.
No soportaba el primer párrafo, no aguantaría el zumbar de su espada llevándose a cada movimiento, las cuerdas y su orgullo con ellas; no podría ver como elevaba su cuerpo en sus brazos cual ramo de flores: bello, inútil e inerte. Ni aceptaría bajo aquel o ningún otro concepto que la mirara preocupado y la depositara como otro de sus actos heroicos a las orillas de su posible muerte.
Antes muerta, Mejor muerta.
El sonido agudo y mecánico se escuchaba a lo lejos, los galopes del caballo de su amado también. Con su unica mano libre continuo su intento de escapatoria; contorneaba y agitaba su cuerpo y reía ante el desconcierto de los villanos y la muy posible victoria de la victima.
Al principe su corse nunca le había parecido mas lento, cuando llegó recibió con furia e impaciencia los golpes de las espadas enemigas, aun antes de descender de su montura había acabado con ellos. Miro el ferrocarril pasar justo encima de lo que había sido la prisión de su amada. Corrió y cayó de rodillas, dejo caer su espada y lloro con angustia su tardanza… “Porque tanta prisa querido” escucho a sus espaldas. Seguido de una pequeña carcajada. …”Porque tanta prisa.”
sábado, 28 de marzo de 2009
Escribir o morir
Era un prado. A menos eso pensaba nunca había comprendido bien la diferencia entre un valle, un bosque o un jardín; su preferencia por las similitudes la aturdía. Razón por la cual no poseía sentido de orientación alguno, Gardner había dejado bastante claro que su inteligencia no era la espacial, lo que nunca menciono fue como hallar la suya. En fin, el asunto es que era conocida por perderse al doblar de lo que creía era la misma esquina. Mientras que la empatia hacia de cruz y desconsuelo; pues pocas veces nos ponemos los zapatos de otro para caminar en un rosal.
Con los años las lágrimas parecían más cercanas a sus mejillas y más hábiles para saltar en los momentos menos oportunos. Pero era una buscadora infatigable. Había algo allá fuera, hasta la hora no para ella pero había encontrado historias y se había sumergido en el oficio de contarlas y soñarlas. Había disfrutado de muchas de ellas, participado en otras tantas. La suya sin lugar a dudas era alguna novela pensada por una señora volátil que no creía en los matices, pero amaba los contrastes y aun no sabia si darle un final feliz a su obra.
Esa mano antojadiza de ironías y enseñanzas había hecho de ella un alma hambrienta de libertad y sueños. Al parecer quien escribe no puede litigar con esa maña de llenar sus obras de más páginas tintas, lo que explicaba su obsesión por los libros; por leer y por crear.
Fuera pradera o campo, habían flores, árboles y sombras. Fuera un personaje o una escritora, había tinta, papel y una historia por escribir.
De que nos sirven las diferencias después de todo. De barreras.
viernes, 20 de marzo de 2009
Acto I ... El Papel es mi Pañuelo
Llevo un alma atormentada. Y a cada instante un millar de oraciones, conjugadas a merced de una idea, asaltan mi cordura. Entonces la presura de mis manos me obliga a bordar los ruedos de una historia, me impide inventar y se complace en recrear las escenas de la obra teatral, pueril y trinchada, de mi cuento de hadas.
Se abre el telón, una figura grácil y desdichada, recoge del suelo unas piezas cristalinas y afiladas; la sangre se escurre por sus manos, se derrama desde la punta de sus dedos, los hilos rojos son tan finos que nadie se percata. Tras ella un reloj de doce horas, gira sus manecillas y campanea cada instante que mata.
Se va cerrando el telón, la tela roja y aterciopelada desciende con donaire y amenaza con titular una escena, ella levanta la vista desesperada, aun no, en sus ojos se mezclan la humedad de la nostalgia y el rubor de la impotencia. Es su obra, su acto. Decide ponerse de pie pero las piezas se le escapan, queda de rodillas y el telón desciende con pausada crueldad. Aprieta el ruedo de su largo vestido y cierra los ojos con un hilo invisible y amargo al sentir el estruendo de una campanada, una hora menos. El estruendo la devuelve a la madera encerada y aterrada observa con una de las piezas se desvanece. No hay lugar para las lágrimas, maldice y vuelve a su filoso rompecabezas.
El ruedo del telón cae y su sonido al tocar el piso se asemeja a una carcajada vil y triunfante. Todo esta oscuro otra vez su cuerpo se paraliza, no puede hacer nada hasta que el telón decida darle paso al próximo acto. Pero el reloj no se detiene y tampoco lo hace su angustia. No puede fallar, quisiera moverse para así enjuagar la humedad de su rostro, pero no serviría de nada, recuerda que el terciopelo también le traería un nuevo atavío igual de impropio y molesto, junto a un rostro fresco igual de pálido y esperanzado. Una luz tenue comienza a iluminar sus zapatillas, puede ver la tela elevarse, retadora, y desvelar su público sin rostro. Ella gira, rápida y sagaz en busca de las piezas, descubre la habitación en pocos segundos y vislumbra, en el nuevo escenario, el rompecabezas a medio armar en medio de un abismo de fango, se lanza y la tierra mojada tatúa de ridiculez su piel, la audiencia ríe; ella calla. Falta menos, cree estar mas cerca de una verdad una razón, una pasión… Algo por que morir, la vida no le había mostrado ventura ni piedad, la muerte a su pensar no podría ser mucho menos placentera.
El reloj deja caer otra despiadada campanada sobre ella. Más piezas desaparecen. Entonces sucede, lo inédito, lanza con furia su cortante tesoro de cristal; contra el reloj y las paredes, mientras los hilos carmesí danzan en el escenario. Levanta el rostro y no hay lágrimas en sus ojos. Con una sonrisa desquiciada y una mueca de erudición observa sus manos, la fuente enrojecida e incasable de sus dedos.
Toma el índice de su mano derecha y traza algo en el suelo, el publico se confunde, el telón no entiende, decide finalizar el acto e inicia su majestuoso descenso, pero su figura no se inmuta, una sonrisa mofa sus movimientos y los trazos no se detienen, el rojo tinto de sus dedos no se desperdiciara mas, un guión, una frase… Todo este tiempo cada respuesta emergía de sus manos.
El telón sube y baja, crea y destruye; el reloj zumba y arrasa; el público anhela y descubre. Ella dibuja, letra por letra signo por signo, su obra, su acto:
“Escribir es vivir”.
martes, 17 de marzo de 2009
Ánima Antagonista
Cierro el frasco y tomo la primera mientras ella posa una mirada cabal y curiosa sobre mí, ahogo su duda en el pequeño estruendo que provoca el crujir de la capsula al romper el papel metálico y tomo la segunda. Siento como mi nuevo método-parte practica de mi fe- rosa una garganta seca y abatida. Como le explico-pienso mientras mi cuerpo se niega y la evade-que ando buscándole la cura a la infertilidad de mis intentos en comprimidos de colores y en los consejos de aquellos que profesan comprender la mente humana.
Entonces me percato de una ausencia. Esa dama gris que escolta al resto del mundo, la misma que con un soplo recrea en nuestras mentes los jardines del pasado, ha decidido abandonarme. Y me atrevo a señalar que solo se pasea por aquí para asegurarse de que los fantasmas de culpas pasadas no dejen de merodear las esquinas de mi conciencia.
En su lugar, una pariente lejana, un alma de mal augurio, que ha arrastrado a los de boina y bufanda a los apacibles valles de la locura; me susurra sin fatiga los colores confusos, las ideas descabelladas y las melodías hipnóticas de la composición. Y no logro conciliarlos, a este caballero riguroso y exacto, que me lleva a lo tangible al camino de lo preciso; y a esta dama antojadiza y cautivadora que eleva mi mirada al cielo y arropa mi raciocinio con la dulce neblina de la contemplación.
Me quedo en la nostalgia, en este lugubre recodo donde no cuento ni con el saber ágil y conciso de quien sana, ni con el tormento resignado de quien escribe. Que se concilien mis mundos para que de mis vigilias nazca más que un boceto, para la saciedad de mis horizontes y por la quietud de mis anhelos.
sábado, 14 de marzo de 2009
Mi melodia son tus manos
No se como no pensar en ti. Nunca he sabido bien como no pensar. Y estas palabras tontas que se cuelan en mis dedos no hacen más que reclamarme que no sepa que hacer. Y es que en tus risas he cosido mis pesares, en secreto mi aliento ha suplicado sanar tus cicatrices y no hago más que tomar tus manos, apoyar en tus talones mis pies y dejarme abrazar de tu perfume; el mismo que dejo en mi ropa, y visto cuando no estas, en esos momentos, que se han convertido en todas mis noches, cuando tu figura se pinta a mis espaldas y no me deja ir… Y no se que hacer ahora, sabes? Si en mis páginas tintas solo ascecha una ironia que busca tu cuello y asalta un ardor que reclama mi pecho.
Tus silencios y mi molestosa reincidencia en las palabras; mis reclamos, tus suplicas a mi quietud, tus parpados y mi mirada. Tus boberías y mis bobos intentos de que no te olvides… que no estas solo, mi necio empeño y tú... dejándome ganar. Mis peleas con tu calma. Y mi manía de besar tus ansias. Innumerables aprietos y nuestro altruismo.
Que en un grito intente acallar esas palabras que intuí algún día saldrían de tu boca, y la mía que juro no ensayarlas más. Que el dolor me duele mas cuando es tuyo y que te toco como poca ventura cargar mis ausencias.
Tú sosiego que nos apunta un destino.
Y mi voluntad que no resiste, no poder.
Mi tiempo por un beso.
Damas Invisibles en mi Cristal
Llueve y duele, por tanto cada gota es mi enemiga.
Que me existencia raya en lo absurdo, corazón…. Que esto que posee mis manos no es mas que el desden genético de hacerme notar. Que me duele pensar que este carácter mió abrace esas tertulias tontas esas que acompañan mis madrugadas. Y no no tengo ganas, mi postura exánime no es cosa de juegos, ni de rutina, esto qué deja sin ton ni son mis oraciones, esto a lo que no le hallo nombre, se ha apoderado de mis días, me empuja y me envuelve en las sabanas.
Y ya no se elevan las comisuras de mis labios algo cae sobre ellas, las moja pero no colma mi sed, misma razón por la que el naufrago muere ante la sequía, rodeado de un azul que no puede gustar. Y aun así lo pruebas, sabes? A sabiendas de que secara tus labios lo pruebas… Esta línea tan frágil que nos separa de lo irracional se dibuja en el umbral de la experiencia, no no mas bien en la capacidad de transmitir la experiencia, no se si me entiendas? Lo único con lo que no contábamos es que como seres humanos: Somos Tercos. Ves? Entonces no hay diferencia alguna.
Últimamente llueve sobre mojado en vida, y sabes que odio que llueva! Pero disfruto las pequeñas gotas que danzan en el cristal. Apacibles aceptan su destino. Será eso, será que necesito un cristal que me proteja? Que mi capacidad de disfrute nace a distancia? Y que concurriré siempre como simple espectadora? Viendo de lejos en un asiento rojo y aterciopelado el largometraje de nuestra historia.
Y ya es hora. Perdón pero no es mi culpa, dan las 12, dan las 12 y todo es culpa del cocodrilo con el reloj; dicen que el tiempo nos persigue para devorarnos.
Ves no se si entiendas mi vida. Pero algo si te explico, que disfruto de cerca, muy de cerca, nuestra manía compartida de correr descalzos.
viernes, 6 de marzo de 2009
Carta de una Costilla
Pero tras la simpleza de un sentimiento se esconde la majestuosidad de un hecho. Que no voy a poetizar, pues, en un aula de una universidad superior, en una clase de medicina-nótese: ciencia- una Doctora-nótese mujer profesional-expone con desinhibida majestuosidad como la mujer debe guardar su virginidad en un cofrecito y tirar la llave para que el caballero que la despose haga "buceo profundo" y la obtenga. Que rayos? Mis ojos y mente estaban en blanco esperando por el salvavidas del sarcasmo salir de su voz. La espía de mi genero prosigue:"Porque es que "las mujeres"-parece que la vergüenza es excluyente- se la ponen muy fácil".
A este punto de la historia había perdido toda esperaza y me negaba a escuchar las risas femeninas que coreaban y apoyaban el insulto. No lo puedo creer, me dije, mis compañeras pueden comprender decenas de temas de anatomía molecular y ríen como gallinas cuando de se les llama: HIMENES CON PATAS.
Me faltaba el aire y me arriesgaba a discutir lo evidente con miles de gallinas. Abandone el salón tras la única persona con cerebro y actitud que mordía las paredes y amenazaba con destruir el mundo de tanta rabia. Así que acabe por perderme tan importante despliegue de ideas.
Es aquí cuando digo, que evolutiva, biológica y sociológicamente deben de existir marcadas diferencias entre sexos. El género es una subclasificación del ser humano, no del hombre. Y nunca me he opuesto a disfrutar de los placeres característicos de mi gremio… ni de ellos. Pero vaya! Desconocía mi fragilidad y frigidez, y pensé que el disfrute era mutuo. Me había olvidado de que en mi país una buena tajada de mujeres había fundamentado su vida en mantener a un hombre. Siento que hablo de la redondez del mundo, así que no voy a alargar más esto. Dejo claro que por mas que disfrute de Ricardo Arjona, sigo sin entender bajo que trance de testosterona se encontraba cuando escribió: “mujeres” y porque la tocaban en mi colegio el día de la “no violencia contra la mujer”- “No violencia contra… No el día de la mujer...Anda! que no somos hechos ni objetos para tener un día, todos los días son nuestros.
En fin, podría morir discutiendo esto, pero solo pido, por amor a la razón, que se traten -ya que esto es para ustedes queridas mártires que se destrozan y se idealizan- de ser concebidas como individuos, no como mujeres modernas ni bla bla bla, sino como individuos, parte activa de una sociedad, parte activa de una relación sexual y parte solo parte (no necesaria, ni encantadora) parte… de la humanidad y el mundo.
Dejen de desmayarse y oponerse a hacerlo. Coexistan y disfrútenlo por ustedes y De una vez por todas.
Del Baul
lunes, 2 de marzo de 2009
Epilogo de un Deseo
Ganas de encerrarme en tus páginas, de enloquecer ante esos diálogos en los que has entretejido tantas lecciones, Ves? Son solo ganas de encontrarte de herir las yemas de mis dedos con la punta afilada de tus finales. Ganas de amarrarme a ti. A ti que solo te comparto con el dulce humear de mi taza y el gotear de las nubes. Fiel compañero entiende que tengo ganas de no abandonarte! Que el cruel es el tiempo, los requerimientos. No quiero más que escapar contigo, pero pareces quedar en mis días como un tonto pasatiempo.
Todos se dan en verte como un vano esfuerzo mental, un obstaculo para mis días contados, mis horas programadas a favor de lo que se come mis noches y abriga mi futuro… Me esperas en las noches, ansioso, cuando mis ojos están ya muy cansados y mi pecho muy contrariado para nuestros andares. Odias que te miren así… Te desmerecen! Tu lomo acompaña mis caminos y en tu cabida para llevarme a lugares inhóspitos descanso. No desespero, conoces mi angustia y no he de perderte porque nadie entienda que pongas lagrimas en mis ojos y suspiros prestados en mi boca, nadie nunca vera que a ti te debo las ganas de llegar a casa, mi compañero soñado, quien me presta sus palabras, no eres un adorno para mis manos, eres el prendedor de todos mis viajes. Amigo no desesperes, conozco tu angustia y te dedico el polvo, el olor añejo y las gotas en mi cristal.
Ganas de arroparme en ti pasión de tinta. De no perderme.